…Y de al menos cinco generaciones.
La Semana Santa representa una serie de hechos relacionados a la doctrina judeo-cristiana pero también una relación intrínseca con las manifestaciones artísticas que han conceptualizado cada pasaje de esta historia en la literatura, la pintura, la música, el cine y muchas más.
Sin duda el producto creativo más relevante de estas conmemoraciones surgió a principio de la década de los 70, con la ópera rock creada por Andrew Lloyd Weber y Tim Rice; primero para teatro –específicamente a Broadway- y posteriormente se llevó a la pantalla grande; rompiendo todo paradigma al reinterpretar la figura de Jesús de Nazaret, desde la mirada del discípulo Judas Iscariote, tomando como base los evangelios del Nuevo Testamento.
La fascinación recae en el inteligente juego que los personajes van desarrollando con aciertos, virtudes que desmitifican el papel de deidades del “Hijo de Dios”, para mostrarnos a un ser humano con miedo a la inevitable muerte en la cruz, un líder agobiado por sus seguidores, alejado de la sumisión y el maniqueísmo de la bondad y la maldad.
En su momento, surgió la primera producción discográfica con Ian Gillan, otrora vocalista de Deep Purple, en el personaje principal; Murray Head, al traidor discípulo que lo vendió por 40 monedas e Ivonne Elliman, siendo María Magdalena como la eterna seguidora y enamorada de Jesús. De ahí se desprendieron tres canciones que quedaron en la memoria de al menos cinco generaciones: Heaven on their minds (Judas), I Don´t know how to love him (Maria Magdalena) y Gethsemane (I only want to say)
Esta producción discográfica fue un éxito y una innovación pues contó con una orquesta de más de 50 integrantes y 6 músicos de rock, comandados por la exitosa mancuerna Lloyd Weber-Rice y para 1973, se rodó la película con la dirección de Norman Jewison; grabada en Israel teniendo como reparto principal a Ted Neeley, cuyos registro vocales estremecieron al público al cantar Gethsemane; a Carl Anderson, cuya actuación le valió la nominación al Globo de Oro por su papel de Judas y de nuevo Ivonne Elliman como María Magdalena, que también rompió record de ventas al publicarse el disco de vinil con estos artistas.
Jesucristo Superestrella se ha montado en todo el mundo, hay registro de producciones escénicas en Estados Unidos, Europa, Australia y México; destacando la de 1975 que realizó en España Camilo Sesto, cuya supervisión estuvo a cargo del mismo Lloyd Weber y que se mantuvo varios años en cartelera, en pleno contexto de la dictadura franquista.
En México, fue Julissa quien la adaptó y la última versión de este clásico ya modernizado recién terminó funciones por el contexto de la pandemia.
Hemos sido varios los crecimos con esta historia. Me considero una seguidora absoluta de este producto cultural; y especialmente de la impresionante producción escénica filmada en el 2012; durante las presentaciones en vivo en Reino Unido, teniendo a protagonistas como al músico, comediante y escritor australiano Tim Minchin como Judas; que además le dio una identidad mucho más oscura y rockera donde se refleja a la perfección su papel protagónico; incluso dejando en segundo plano a Ben Foster siendo Jesús de Nazareth y a Mel C –Ex Spice Girl- como María Magdalena.
En estos días de asueto, recomiendo ver el video completo de esta versión que el propio Lloyd Weber pone en versión gratis en el canal de Youtube, Show Must Go On por 72 horas.
Jesucristo Superestrella es una delicia en cualquiera de sus versiones. Regreso a ella, todo el tiempo. Me acompaña el vinilo que surgió cuando se grabó la película y me sigue produciendo un cúmulo de emociones escucharle. Eso tiene el arte, es inexplicable, es universal; va más allá de las creencias; incluso de las doctrinas religiosas.
¡Que lo disfruten!
Ana R. Salinas. Afrodita Magazine
Foto: Ana R. Salinas
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